La caja de cambios o caja de velocidades es un componente imprescindible para el sistema de transmisión de tu auto, ésta permite que las ruedas dispongan siempre del par motor suficiente para mover de manera óptima nuestro automóvil.
Con la caja de cambios logramos que una misma velocidad de giro del motor pueda tener diferentes velocidades de giro en las ruedas.
Además, la caja de cambios de tu auto te ofrece una selección de arranques para diferentes situaciones:
- Arrancar en llano.
- Arrancar en pendiente.
- Subir una colina.
- Circular a velocidad de crucero.
Todo esto gracias a la potencia que proporciona el motor sincronizado con el sistema de transmisión, que utiliza la caja de cambios para este cometido.
Como ves la caja de cambios de tu auto cumple funciones muy importantes para poder conducir de manera óptima, por eso te compartimos unos consejos para utilizarla, sacándole el mayor provecho y evitando complicaciones.
Como saben hay dos tipos de caja de cambios, la automática y la manual. Cada una tiene su propio uso responsable.
Para las cajas de cambio manuales
1 No se debe utilizar el embrague para frenar
Este es un hecho muy común, sobre todo en quienes son primerizos detrás del volante. También se utiliza bastante cuando se enfrenta un camino ascendente. Si el conductor tiende a realizar esta acción de manera recurrente se podría llegar a dañar el embrague y también el tren motriz por el desgaste que esta acción provoca. Es por ello que ante situaciones de circular por una subida o un camino muy empinado, lo recomendable es que se use el freno de mano y así el automóvil no se irá hacia atrás y se podrá dar arranque sin problemas.
2 No mantener la mano en la palanca de cambios
Varios conductores tiene la costumbre de descansar la mano en la palanca de cambios cuando se está en marcha, incluso si la marcha ya fue puesta. Lo que ocurre es que al cargar la palanca de cambio el mecanismo sincronizador es activado permitiendo el desgaste prematuro de los componentes internos (también llamados anillos sincronizadores), los cuales al fallar puede producir ruido, endurecimiento en el cambio de marchas e incluso no permitir el cambio de velocidad.
3 No mantener el pie en el embrague
La mayoría de los automóviles trae un “descanso” para el pie al lado izquierdo del pedal de embrague. Esto existe justamente para que el usuario no descanse su pie en el embrague, ya que también está hecho de muchas piezas de metal que se desgastan y producen un calentamiento al accionarse si se mantiene el pie en él. Cabe recordar, por muy básico que parezca, que el embrague es solo un elemento para poder pasar de marcha.
4 No acelerar a fondo cuando se tenga una marcha alta
Al momento de enfrentar una pendiente, muchas veces se mantiene la marcha en la que se venía, aunque está sea alta. Lo que sucede con ello es que cuando se siente que el vehículo va perdiendo fuerza en la subida, se aprieta el pedal del acelerador a fondo, esperando que reaccione y recupere la velocidad. Sin embargo, esto es lo peor que se puede hacer, ya que se le está pidiendo al motor que aumente su revolución cuando está trabajando con pérdida de engranajes, por lo que es imposible recuperar la fuerza. Lo aconsejable en estos casos es que se reduzcan las marchas a segunda o tercera, dependiendo de la pendiente.
5 No mantener la primera marcha mientras el vehículo está detenido
Habitualmente esto le ocurre a quienes son primerizos en el manejo, ya después cuando se adquiere conocimiento y confianza, es poco probable que suceda. Pese a ello es bueno aclarar que mantener la primera marcha puesta mientras se está detenido –por ejemplo en un semáforo- se desgasta en menos tiempo del que debiese el embrague, por lo que se hará necesario cambiarlo antes del tiempo recomendado.
Para las cajas de cambio automáticas
1 No olvides el freno de mano
No uses la posición de parking (P) como freno de mano. Este gesto (bastante habitual) es especialmente grave en cuestas pronunciadas. La extensión excesiva que se crea en la caja de cambio, provoca averías prematuras y holgaduras innecesarias. ¿Cómo hacerlo de forma correcta? En primer lugar, pon el freno de mano y, cuando el coche ya repose sobre él, utiliza la palanca P
2 Palanca en punto muerto
Como ya habrás comprobado, los coches automáticos no se calan. Aún así en el caso de las cajas tradicionales es recomendable dejar la palanca en N, cuando efectuemos paradas de larga duración. El objetivo es salvaguardar la mecánica; las vibraciones que llegan al habitáculo son menores
3 Freno pisado y parado para mover la palanca
Algunos coches modernos no requieren que estés atento a este consejo, pues sencillamente no te dejaran mover la palanca si no estás detenido. Pero en muchos coches antiguos este error puede provocar problemas graves. El coche automático no está diseñado para cambiar los modos en movimiento, y hacerlos someten al mecanismo a una presión para la que no están preparados. Por eso, recuerda que si has de pasar de P a D, el coche debe estar detenido. Lo mismo si metemos marcha atrás o ponemos posición de parking.
4 Aceite de la caja de cambios
Con la misma normalidad que cambias el aceite del motor del coche cada ciertos kilómetros, tienes que acostumbrarte a revisar el aceite de la caja de cambios. Y es que las cajas automáticas están bañadas en fluido lubricante, por ello es necesario revisarlas.
Es el caso de de un cambio automático de convertidor de par o en las cajas de doble embrague con embrague bañado de aceite, (popularizadas por las famosas DSG de seis o siete relaciones del Grupo Volkswagen). Pero no vale reemplazarlas de cualquier manera. Tienes que respetar los intervalos de sustitución y el fluido de transmisión tiene que ser adecuado. Además, debes revisar con mucha atención que el liquido hidráulico que está contenido dentro del modulador de vacío no gotee fluidos. En caso de que ocurriese, la mejor solución es revisar el sello o la empaquetadura del carter.
5 Cuidado cuando te remolquen
Nunca sabemos cuándo vamos a tener una avería y vamos a necesitar la ayuda de una grúa. Al igual que en los coches con cajas de cambio manual, la caja de cambios debe estar en punto muerto. Algunos coches poner el punto muerto requiere hacer cambios en el interior de las molduras. Si no sabes cómo poner el punto muerto, debe llevarlo una grúa de plataforma pues si lo arrastra (sin tener el punto muerto) la avería puede ser realmente cara.
6 Nada de punta-tacón
Considerando que un cambio automático trabaja en constante comunicación con el servo freno, es recomendable no practicar técnicas poco habituales fuera del mundo de la competición, como pisar el acelerador y freno al mismo tiempo o trabar las ruedas con el freno de mano para deslizar el tren posterior (sí, hacer un trompo). Al hacerlo, pueden dañarse los moduladores de vacío del cerebro hidráulico de la caja de cambios.
Estos pasos tan sencillos te permitirán ahorrarte graves averías que en el caso de los coches eléctricos pueden llegar a las cuatro cifras. Recuerda, que el buen mantenimiento y las buenas prácticas siempre son los mejores aliados para tu coche.